No te olvides de tu crema solar durante todo el año, descubre los motivos

La importancia de la protección solar antes y durante el verano

Empezamos a disfrutar de los días de calorcito, los primeros rayos de sol que tanto añorábamos, de las ganas de playa, piscina o paseos por la montaña. En todos los casos, lo que nos invita a salir al aire libre es el sol y el buen tiempo. Pero a pesar de las ganas que nos impulsan a realizar actividades expuestas al sol, hay que tener en cuenta los riesgos y peligros a los que nos sometemos si no tomamos las precauciones adecuadas. Y no sólo en los días que hemos catalogado como los meses de verano o de calor.

El sol, sus efectos positivos y negativos

Que nos dé el sol o hacer baños de sol no es malo, siempre que tomemos las medidas y protecciones adecuadas. Uno de los grandes errores y, desgraciadamente, muy habitual, es pensar que no es necesario tener como hábito aplicarse protector solar en las temporadas fuera del verano. Y es que la radiación solar agrede nuestra piel durante todo el año, y el hecho de que durante los meses de invierno la ropa nos cubre la mayor parte del cuerpo, nos afecta a las partes que quedan expuestas.

Luz azul:

La luz azul es aquella que emiten las lámparas y las pantallas LED; como las pantallas de TV de plasma, ordenadores, tabletas, smartphones, etc. 

Es capaz de producir eritema en individuos de fototipo I-III (pielas más claras, que se queman con más facilidad y pueden llegar a broncearse) y pigmentación no deseada en los fototipos IV-VI (tacadas en pelas más oscuras, que se broncean con facilidad y raramente se queman). También se ha descubierto que la luz azul es capaz de generar estrés oxidativo en la piel, por lo que podría estar relacionada con el fotoenvejecimiento, con la consiguiente generación de radicales libres que provocan una disfunción de las células.
 

La luz azul podría explicar los casos de empeoramiento de melasma y pigmentación post-inflamatoria, actualmente ya hay protectoras solares que han empezado a utilizar filtros anti-luz visible (los ve como HEVL en los envases).

Infrarrojos:

Los rayos infrarrojos ha sido un gran descubrimiento, con múltiples aplicaciones, y de gran utilidad, en diferentes campos, como en la medicina estética para eliminar arrugas, celulitis, estrías, etc., ahora bien, también nos afectan cuando éstos legan a la piel , y no de forma positiva. En este sentido, cabe decir que son capaces de oxidarnos, de hacernos envidiar y modificar nuestro ADN. También pueden provocar cáncer. Otra mala noticia es que es una de las fuentes principales que emita el solo. Es decir, nos exponemos a IR-A (así llaman los científicos a los infrarrojos más nocivos) cuando nos estiraremos en la playa para broncearnos.

Rayos UVA. Provocan daños en las capas más profundas de la piel

Los rayos UVA tienen una acción que nos afectan todo el año, incluso en días nublados, y representan el 95% de los rayos ultravioleta que tocan la superficie de la Tierra. Además, tienen la capacidad de atravesar los nubes, el vidrio y la epidermis. Son responsables del fotoenvejecimiento, la intolerancia al sol, trastornos de la pigmentación o el desarrollo de cáncer de piel.

Los rayos UVA directos del sol, generalmente no causan quemaduras. Las olas largas de los rayos UVA, sin embargo, penetran de forma más profunda en las capas inferiores de la piel, donde producen el bronceado. Al mismo tiempo, dañan el tejido conjuntivo que se encuentra bajo la epidermis, lo que hace que la piel pierda su tono, lo que conocemos como envejecimiento prematuro y las arrugas son la consecuencia. 

Estudios recientes concluyen que una gran concentración de rayos UVA, pueden causar cáncer de piel, con lo cual, podemos decir que es el responsable del aumento de su incidencia.

Rayos UVB. Son los responsables del bronceado y son los responsables de las quemaduras solares

Las ondas cortas de la radiación UVB del solo son en su mayor parte interceptadas por la capa de ozono. El debilitamiento de la capa de ozono en los últimos años, sin embargo, ha provocado un incremento del número de rayos UVB que legan a la tierra. La potente radiación UVB provoca inicialmente la reacción protectora más evidente de la piel al sol. Atraviesa las capas superiores de la epidermis y las broncea con rapidez. Se forman pigmentos (melanina) por las células pigmentarias localizadas en la unión de la dermis con la epidermis, y son cedidos a los queratinocitos, células que forman la epidermis, la capa más superficial de la piel y la colorean de manera visible.

Con una dosis de UVB excesiva, la piel se enrojece y se inflama, lo que posteriormente determinaremos como una quemadura solar. Esto es un señal de alarma grave enviada por las células cutáneas. Ahora depende del propio sistema reparador de las células erradicar el daño. Cuanto más frecuente e intensa sea la exposición de la piel al sol, más grave será el daño. Además, aumenta el riesgo de que los procesos de reparación se agoten y no funcionen correctamente. A largo plazo, esto puede provocar alteraciones del material genético, lesiones cutáneas crónicas y puede derivar en las fases preliminares del cáncer y en el desarrollo propio del cáncer de piel.

En cuanto a la afectación, podemos decir:

Efectos positivos:

  • Estimula la síntesis de la vitamina D, muy importante por ejemplo para prevenir la osteoporosis.
  • Genera benestar, estimulando la sensación de salud en nuestro cerebro.
  • Beneficia afectaciones en la piel como la psoriasis o la dermatitis atópica.        
  • Estimula la síntesis de los neurotransmisores del cerebro que generan reacciones positivas en el estado anímico.

Efectos negativos:     

  • Los rayos UVA envidian a las células de la piel y pueden dañar el ADN de estas células. Estos rayos están asociados al daño de la piel a largo plazo tal como las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en algunos tipos de cáncer. La mayoría de las piernas bronceadoras emiten grandes cantidades de UVA que según se ha descubierto aumentan el riesgo de cáncer de piel.
  • Los rayos UVB tienen algo más de energía que los rayos UVA. Estos rayos pueden dañar directamente al ADN de las células de la piel, y son los rayos principales que causan quemaduras de sol. Asimismo, se cree que causan la mayoría de los cánceres de piel.
  • Los rayos UVC tienen más energía que otros tipos de rayos UV, pero no penetran nuestra atmósfera y no están en la luz solar. No son normalmente una causa de cáncer de piel.

 

Factores que influyen en la intensidad de la exposición solar

Debemos tener en cuenta varios factores a la hora de exponerse al sol, y que a menudo no lo consideramos como importante:

  • Altitud: Cuanto más llega nos encontramos respecto al nivel del mar, la intensidad de las radiaciones es más elevada. En cifras, podemos decir que por cada 300 metros que subimos, las radiaciones aumentan un 4%.
  • Oblicuidad: Se refiere a la intensidad según el ángulo de incidencia sobre la superficie de la tierra.
  • Latitud: Cuanto más nos acerquemos a los trópicos, más verticales son las radicaciones más intensas son.
  • Estación: Dependen en la estación que nos encontremos, la forma que incide el sol es diferente.
  • Clima: Aunque las nubes y la humedad absorben las radiaciones, en días nublados también hay que protegernos, porque, aunque no legan con la misma intensidad, legan.
  • Superficie: Dependen de la superficie que pisamos, ésta absorbe y refleja las radiaciones de manera diferente.
  • Contaminación: Aunque parezca mentira, la contaminación absorbe las radiaciones solares.
  • Capa de Ozono: Cono la reducción de la capa de ozono aumenta las radiaciones que nos legan.

¿Qué es el FPS, el Factor de Protección Solar?

Es el factor que debemos multiplicar por nuestra sensibilidad de piel. Según nuestro fototipo, que depende del tipo de piel que tengamos, de más claro a más oscuro, y nos indicará cuánto tiempo podemos exponernos al sol sin riesgo de cremarse. Es importante que cada persona tenga claro cuál es su fototipo, y evitar riesgos que pueden ser muy perjudiciales para nuestra piel.

Este concepto es muy importante para aquellas personas que tienen afectaciones en la piel o, en especial, en el caso de los niños y niñas, y utilizar factores de protección especialmente indicados para niños.

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