Qué es el acné y cómo tratarlo

Según La Real Academia, es una enfermedad de la piel caracterizada por una inflamación crónica de las glándulas pilosebáceas, especialmente en la cara y en la espalda.
Es una de las patologías más frecuentes de la piel y que afecta al 80% de la población en algún momento de su vida y que sobre todo afecta principalmente a la gente joven, entre los 12-24 años y en algunos casos, se mantiene durante la su vida adulta.
Aunque el acné puede deberse a factores intrínsecos y extrínsecos, los dos tienen en común, la superproducción de sebo conocida como seborrea, la hiperqueratosis y la proliferación de bacterias como la Propionibacterium acné que tiene una influencia directa en la aparición de el acné. Cuando se junta este exceso de queratinización con una deficiente descamación de las células muertas que se encuentran dentro del folículo, con el exceso de sebo, se forman tapones que bloquean las glándulas sebáceas.

¿QUÉ PASA DENTRO DEL FOLÍCULO?

Dentro del folículo, hay un exceso de sebo así como de células muertas que no se han desprendido ni eliminado de manera correcta y se crea un tapón, pero las glándulas sean generando más sebo y se va creando una bola cada vez mayor y las bacterias se encuentran en su salsa y aquí comienza la fiesta. El sebo que contiene una gran cantidad de ácidos grasos libres junto a la queratina, contribuye al proceso inflamatorio, formándose las pústulas y los quistes. El acné necesita un tratamiento que controlo la superproducción de sebo y de células, así como la deficitaria eliminación de las células muertas y la inflamación que provoca, a la vez que es muy importante la higienización y principios bactericidas por tanto, este tratamiento es largo, debes saber ni la penicilina ha podido combatirlas, y es muy importante tu compromiso. Si tú sigues tu tratamiento de acuerdo con las pautas que te recomienda tu terapeuta, los resultados serán visibles a corto plazo, pero no debes abandonarlo una vez empieces a verte bien.

TRATAMIENTO E INGREDIENTES CLAVE:

LIMPIADORA: Hay que empezar por una buena higiene tanto por la mañana como por la noche, y con las manos bien limpias. Con una limpiadora como es la Clarifyng Foam, que contiene ingredientes bactericidas como el Árbol del té y Clorhexidina Diglunato. La clorhexidina se utiliza ampliamente como desinfectante y antiséptico en hospitales, y puede utilizarse para bañar a los pacientes graves con el objetivo de matar las bacterias y reducir la propagación de las infecciones.

EXFOLIANTES: como el ácido salicílico, azeleico, mandélico y glicólico para reducir la queratinización, agilizar la eliminación de las células muertas y que penetren en el interior de los poros y los liberen de la obstrucción como los que encontramos en el Blemish Control Pads

ANTIINFLAMATORIOS: Como el suero Clarity Peptides con un alto contenido en Niacinamida y betaglucanos para reducir la inflamación y las irritaciones.

HIDRATANTES seborreguladores y protectoras de la flora microbiana de la piel con Pre y Probióticos para equilibrar el sistema de defensa microbiana para así minimizar la aparición de la bacteria que causa los brotes. Ingredientes que contiene la crema reguladora Balance Moisturiser

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