La limpieza, es la llave que abre la puerta principal de tu piel al resto de productos que forman parte de tu Ritual de Belleza, es el primer paso en el cuidado de tu piel. Es esencial para eliminar las impurezas diarias a la vez que la condiciones, asegurando que los siguientes pasos de tu cuidado facial, tendrán unos resultados más optimizados: los sueros penetrarán más profundamente mientras las cremas hidratarán aún más la piel, puesto que los principios activos de sus fórmulas, podrán realizar mejor su trabajo.
Por eso, las mujeres asiáticas lucen una piel tan divina, ellas no conciben su rutina diaria del Cuidado de la Piel, sin una buena limpieza. La Doble Limpieza, es la forma que ellas tienen que limpiar su piel independientemente de si se maquillan o no, y que consiste en la aplicación de dos limpiadores, uno en formato aceite y el otro en base acuosa.
La primera fase de la limpieza está pensada para retirar, por un lado, todo el maquillaje y por otro, el exceso de grasa que nuestra piel haya podido producir a lo largo del día.
Aunque tu piel genere un exceso de sebo, el limpiador en base aceite, es perfecto para ti ya que la grasa sólo se disuelve con otra grasa, en este caso el aceite. OJO: Esto no significa que cualquier aceite sea válido, ya que algunos como el aceite de coco y germen de trigo, son altamente comedogénicos, es decir, pueden crear brotes de acné e imperfecciones en la piel tales como impurezas, puntos negros, espinillas y comedones, así como obstrucción de los poros, de ahí la importancia de no experimentar sin tener el asesoramiento de una profesional.
Aplicación. Sobre la piel seca, aplicamos una pequeña cantidad en nuestras manos y aplicamos el aceite por todo nuestro rostro, primero con lisajes con toda la palma, y después con las puntas de los dedos, realizamos círculos para ir removiendo todo el maquillaje, así como el exceso de sebo. Insistiremos en la zona de ojos y labios, para retirar el maquillaje de éstos, insistiendo un poco más en caso de que sean resistentes al agua. Al no necesitar algodón ni toallitas, es perfecto incluso para las pieles más delicadas. Al finalizar, retiramos el producto, con agua.
La segunda fase de la limpieza, se realiza con un producto de base acuosa como puede ser tu limpiador de siempre, la pastilla de jabón específica, limpiadores en hielo o en espuma, o leches emolientes. OJO: Aquí si tienes que utilizar el producto más adecuado a las necesidades de tu piel.